Felipe está sorprendido: ¿quién ha abierto el debate sobre los privilegios de los políticos? ¿A qué viene ahora ponerse a hablar de las pensiones de los ex-presidentes, ex-menistros y otras aves?
Felipe no sabe. Siente que hay un debate erróneo. Y se pregunta ¿quien empezó todo ésto? Felipe siente un agotamiento repentino que le harta y le impacienta. Cierra los ojos, grandes burbujas saltonas, despistadas, opacas, y sueña con el pasado:
Empieza a sonar la internacional en su oído interno.
¡Arriba, parias de la tieeeeerra, en pie famélica legiooooooon!...
Una foto de Suresnes se pasea por su vista interna. En ella, un chaval con trenka de tergal, con patillas de soñador, con ojos saltones, opacos, lejanos, comienza a arengar a las masas del antiguo PSOE (hoy PSAE, Partido Sociedad Anónima Española, quod erat demonstrandum) y personas afines. Por su boca interna desfila una sonrisa interna. Las palabras de ese líder nuevo, flamante, puro e incorrupto, salen prístinas y van restallando como burbujas de amor político dejando caer gotas de futuro sobre los oyentes. Isidoro se sale:
"Compañeros, compañeras. He tenido un sueño. He soñado con una España en la que la gran masa de trabajadores se una para conseguir un futuro posible, una utopía realizada, un país sin privilegios, donde ..."
De repente, La Internacional empieza a distorsionarse y a hacerse irreconocible. Se hunden las notas y surge una voz grave, lista, directa, como una saeta. La Internacional acaba siendo Cuervo Ingenuo, de Javier Krahe:
Lo que antes ser muy mal,
Permanecer todo igual,
Y hoy resultar excelente.
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Permanecer todo igual,
Y hoy resultar excelente.
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Isidoro se va transmutando en Felipe, pero sigue haciendo su discurso. Aquel escenario ...