martes, 11 de enero de 2011

Vuelve Anacleto

No hay forma de seguir un orden establecido de antemano en este blog. Cuando estaba a punto de, por fin, explicarles que el poeta debe callar ante el beso simple, y dejar que hable el amor; y todo ello para que el mundo sea nuevo;

Es más, cuando estaba a punto de decirles que de esto último tampoco podré hablarles hoy por que faltaba completar el ciclo de Los Privilegios de los Controladores; justo en ese momento, coge, agarra, va y aparece un amigo de antaño. Y entonces se acabaron los poetas, los besos, el mundo nuevo, los privilegios, y, finalmente, el orden establecido.

No se como decirles esto sin emocionarme y mojar el teclado con lágrimas recientísimas. No de las que guardo para las ocasiones oficiales, no; no de las que echa el Ministro de Pepiños cuando muere un soldado español, tampoco; no de las que manan con abundancia de los lacrimales del Ministro de Aminóaminó cuando le remodelaron y él que ya se había acostumbrado al cargo, no; No. ¡¡NO!! Lágrimas de verdad. Pero ustedes quieren saber de qué estoy hablando, y yo, como siempre, en plan filósofo. Por las ramas. Vamos a ello.




Les voy a decir la verdad del tirón: yo soy agente secreto titulado. Como con lo de control no me llega para el apartamento en Nueva York (y eso que es pequeño y lo pago en yenes, no se crean), me he hecho el curso en CCC (la misma academia en donde el Ministro de Fomento se sacó la carrera) de agente secreto, con diploma, pluma láser y zapatófono que te venía con la matrícula si llevabas a un amigo. Allí coincidí con unos cuantos seres humanos inquietos como yo, con ganas de investigar y de hacer cosas secretas más allá de espiar a los vecinos con prismáticos (que además es asignatura de primero) o de meter la mano en los buzones.

Ayer estaba yo en misión especial que me había encargado mi señora, que consistía en, bajo una tapadera perfecta según la cual podía parecer que estaba sacando la basura, hacer averiguaciones de por qué la vecina saca a su perro a la esquina del parque, y si recoge el popó con una bolsa de plástico, como debe ser. Todo muy profesional. Nada que ver con el hecho de que la vecina trabaje en un club de gogó y salga a pasear al perro con minifalda. A mi eso me da igual. Total, que estaba recogiendo documentos gráficos y pistas a cuatro patas mientras la supuesta dueña del perro se agachaba a recoger algo del perro, cuando de repente capto - gracias a mi entrenamiento en CCC y a un don natural - un movimiento de un tío que me está pisando, y al girarme veo a un individuo con gabardina subida, con un zapato en la oreja hablando y con un sombrero de espía. Al principio pensé que era un caso serio de contraespionaje, pero luego reconocí a uno de mis compañeros de curso: Anacleto, agente secreto. Tienen una foto arriba, al comienzo del post del blog.

Mientras estiro la lengua después de decir las tres últimas palabras de la frase anterior, les cuento que nos pusimos a hablar.

- Anacleto, no me lo puedo de creer. ¡Cuanto tiempo!
- Hombre, chaval.
- ¿Qué haces?
- Na, que estoy en misión secreta, espiando un ratillo.
- Y ¿a quien espías?
- Coño, Serapio, parece mentira que seas agente secreto diplomado por CCC y me preguntes eso. ¡Eso no puedo decírtelo, jodé! ¡Es secreto! Soy agente se-cre-to. Secreto. Profesional.
- Tienes razón, Anacleto, perdona.
- Va, venga, te lo cuento, pero no se lo digas a nadie.
- Bueno.
- No, no, "bueno" no. Promételo con el juramento profesional.
- Vaaaaale:
Por mi placa patinada
Por mi honor y mi decoro
no diré ni una palabra
de lo dicho en este foro
Y si hablo como un loro
Y esto no se queda aquí
que se muera aquel transeunte
y también aquel, y aquel de allí.
- No queremos que muera gente inocente, ¿verdad, Serapio?
- No, no.
- Ahora se que puedo confiar en ti: estoy espiando a los controladores aéreos. Se habla de misas negras, de ritos diabólicos, de vudú contra los pasajeros y contra el gobierno. Es increíble lo malos que pueden llegar a ser. Y el CNI me ha llamado y me ha pedido que averigüe cosas de ellos.
- ¿Y has visto algo?
- Aun no, pero a Cela, bajo la apariencia de normalidad, se le ve el perfil de asesino en masa enseguida. Cabo habla muy bien, pero por la noche podría estar secuestrando ancianas y dándoles tremendas palizas con micrófonos de pinchos. Del resto ni te cuento.
- Y supongo que el juez no habrá puesto reparos para el espionaje.
- ¿Juez? ¿Cómo que juez? ¡Ah! Lo de la orden y todo eso. Pero, hombre, no seas tonto. ¡¡Estamos en España!! Aquí todo eso de la orden judicial y la ley y nosequé, y si hay indicios objetivos, y la igualdad ante la ley, todo eso naaa. Eso son gilipolleces. Lo importante es España. El juez se enterará cuando le toque. Si eso, le llama el menistro y le pide comprensión, como a lo mejor pasó con lo de la ley, y ya está. No pasa nada. La Constitución está bien un rato, pero mucho rato ya cansa.

Y ahí mi amigo Anacleto miró la hora, y se dio cuenta de que tenía que llamar a su mujer. Se le estropeó el zapatófono. Yo, como había salido en zapatillas,  le ofrecí mi Pantuflófono, pero había pisado sin querer un popó del perro de la vecina y le dio asco. Y nos despedimos.

El CNI podría haber espiado a algunos controladores aéreos. Sin garantías constitucionales. Sin orden judicial. El Mundo, ese periódico que nunca se sabe si va o viene, lo ha denunciado. En un país democrático el Ministro de Interior ya habría dimitido o le habrían dimitido fulminantemente. En España, están buscando a Mortadelo y Filemón para que investiguen lo del espionaje. El Superintendente Vicente se frota las manos, porque esto le puede valer el ascenso a Secretario de Estado. Torrente ve claro que el ministro le va a encargar la organización y entrenamiento de los agentes del CNI nuevos. Y Maxwell Smart, el superagente 86, ya ha pedido plaza. España es una caricatura de un tebeo, y el CNI la historieta de espías. Yo sigo confiando en que en algún momento el Espíritu de la Constitución se leerá el tebeo y pondrá orden. Mientras tanto, me muerdo la lengua para no decir "mierda de país".

2 comentarios:

  1. Eres el mayor gamberro integral. Pensar que entoavía me llama Anacleta!! Yo siempre quise ser espía profesional. Me enchufarías en uno de esos CCC o me consigues algún tipo de rebaja por traer clientes?

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  2. Genial Iñigo! enhorabuena por tu blog! Cómo me he reído leyéndote! un beso.

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