viernes, 14 de enero de 2011

Tiresias y los Privilegios de los Controladores. Otros Privilegios y Conclusiones absurdas.

¿Conocen la historia de Tiresias, el viejo adivino ciego? Él fue hombre y mujer. Y gracias a ello supo dividir el placer en partes, y gracias a ello supo cuántas correspondían a la mujer y cuántas al hombre. En ese momento, justo ahí, el placer pasó a ser objetivable. Matematizable. Se podía, a partir de ese momento, contar y pesar. Cuánto y cómo. Por ejemplo, ponte así mejor, y de esta otra forma no que es peor. Tiresias pagó por ello, pero nunca lo suficiente. O tal vez su ceguera no fuera si no la recompensa por desarmar esa fuerza imparable, por hacerla repetible. Quisiera explicarles por qué, cómo y cuándo ocurrió esto. Decirles cómo cayó en la trampa de un dios implacable. Y también decirles quién ganó - si el hombre o la mujer-, y por qué. Pero no puedo, como ya se imaginarán. En vez de eso tengo que hablarles de mí como controlador y como mandril. Y hablando de Tiresias y de mí, tenemos algunas cosas en común. Yo también he sido cosas distintas: Yo, que he sido no-controlador y controlador; que ahora soy un privilegiado no-privilegiado; que pertenezco a un país democrático anticonstitucional; que leo prensa independiente dependiente del gobierno; que me someto a jueces independientes gubernamentales; que soy acusado por un ministerio fiscal que asiste a los consejos de ministros; yo no puedo hacer otra cosa que contarles los privilegios que gozo como controlador y como mandril. El ministro de Fomento, ese nuevo Príncipe de la Paz Controladora, ese hombre sabio que sabe mucho de ... de ... de algo - y si no se paga 200 asesores y ya está - nos marca otro camino. Y, decretazo a decretazo, tacita autoritaria a tacita autoritaria, ustedes y yo hemos ahorrado para comprarnos un billete de Ryanair al único sitio al que va Ryanair: a la mierda laboral. (Usted también, sí. Espere a ver la próxima reforma laboral encubierta que llega ya mismo). Sigamos el camino que nos marca el destino. ¿Pagaré, como Tiresias, por contar el placer del ministro? Del goce del aplastamiento de los controladores, ¿quien se lleva la mayor parte? ¿El pueblo sediento de venganza? ¿Quinientos mil millones de moscas armadas con la razón de ser muchas? ¿La ignorancia hecha carne en el ministrillo incompetente? ¿La prensa servil? ¿El poder judicial-ejecutivo? Vaya, vaya. Qué de candidatos.

¿Qué otros privilegios, aparte de los ya mencionados del salario y la jornada laboral, tienen los controladores?

Otros privilegios: la organización del trabajo






Por lo que parece, uno de los privilegios que más ira ha suscitado es el de la organización del trabajo. Se considera un privilegio que los controladores aéreos hayan estado involucrados en la organización del trabajo de los controladores aéreos. Sin embargo, no se considera un privilegio que los jueces, a través del Consejo General del Poder Judicial estén involucrados en la organización del trabajo de los jueces. No se considera un privilegio que los funcionarios, a través de sus sindicatos estén involucrados en la organización del trabajo de los funcionarios. No se considera un privilegio que los futbolistas estén involucrados en la organización del trabajo de los futbolistas a través de sus representantes. No sé. Aquí falla algo.

A ver si va a ser que, lejos de un privilegio, tomar parte en la organización del trabajo que desarrollas, a través de los órganos competentes para ello (sindicatos, asociaciones profesionales, etc) es lo lógico. No hace falta hacer un esfuerzo sobrehumano para saber que quien mejor conoce un trabajo es quien lo desarrolla. En el caso del control aéreo, que es un trabajo muy técnico y muy específico, más todavía. En el caso de la gestión política, por ejemplo, menos. Y sin embargo, ¿quien organiza el trabajo de los señores diputados?

Un dato interesante: el 5 de febrero de 2010, uno de esos instrumentos democráticos de gobierno que le encantaban a Franco, el decreto ley, puso la organización del trabajo de los controladores en manos de otras personas. Las demoras que el sistema ha generado en el año 2010 son cuatro veces mayores que en el año 2009. El tráfico en el año 2010 fue sensiblemente menor debido a la crisis.

Conclusión


De forma y manera que en todos los trabajos, especialmente los trabajos técnicos, la organización cuenta con la participación de quien los desarrolla. Hace un año los controladores aéreos dejaron de participar en la organización del trabajo de los propios controladores aéreos. Las demoras desde entonces se han cuadruplicado. Y la conclusión que extraen esos seres tiernos y desinteresados que son nuestros gobernantes es que yo soy un privilegiado.

La consecuencia de todo esto es que yo, a fecha hoy, cuando entro a mi trabajo ficho. Después firmo una hoja en la que digo que estoy trabajando. Después llama un supuesto miembro de la estructura de gestión de mi empresa y pregunta por teléfono si estamos todos. Después llega un miembro de las fuerzas armadas y comprueba físicamente que estamos todos. Después introduzco una tarjeta en una ranura y queda prueba electrónica de que he estado allí (no es fichar, es otra cosa distinta; fichar ya lo hice la principio). Y lo mejor de todo es que hago un trabajo a turnos: es decir, que hasta que no viene un controlador a relevarme, no me puedo ir, con lo cual siempre hay alguien trabajando. Es decir, que para garantizar un servicio que se garantiza solo por el mero hecho de que siempre tiene que haber alguien allí, mi presencia se comprueba un número de veces no menor de 5. ¡¡Cinco veces y no puedo no estar allí aunque no fiche!!  Ahora sí que sí. Ahora sí que la gestión de mi trabajo es eficiente. ¿No querías control del trabajo? Pues ahora vas como si fueras cinco veces. Ahora sí que la cosa va a funcionar y se acabaron los privilegios. Aunque el coste de tanto fichaje, aparentemente redundante, se dispare. Aunque no sea necesario. Aunque se hayan disparado las demoras.

Y para que conste, prometo en breve seguir acércándome al mundo de los privilegios, esas entelequias pepiñas, en una próxima entrega titulada Más privilegios aun. Los controladores y la responsabilidad. Por cierto, ¿han oído algo de si en el Congreso de los Diputados o en el Senado han puesto una máquina de fichar para los señores diputados y senadores? ¿Y un control de presencia? ¿Han oído si los señores diputados tienen que estar un tiempo mínimo en su puesto de trabajo? Es que llamo y llamo, y me sale un señorita que me dice "no me viene nada con ese nombre". Habrá que hablar con los que organizan el trabajo de nuestros representantes.

2 comentarios:

  1. Juasjuasjusd. Disculpa pero si tuviera algo mejor que decir , me haría un bló yo dolita ( lo leí ayer pero algo me distrajo y cuando quise volver ya no estaba). Besos

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