martes, 21 de diciembre de 2010

Los Privilegios de los Controladores


Hoy, precisamente hoy, 

Debiera haberos contado
Que las palabras
No son si no el aire perfumado que expira
El mundo cuando ellas sonríen
pero, ¿como hablar de lo necesario cuando lo urgente muerde mis tobillos y me obliga a prestarle atención, como un perro de presa, inconsciente, capaz únicamente de bloquear su mandíbula de inmediatez sobre mis huesos lentos y diferidos? ¿Cómo podría hoy no sentirme un privilegiado, si hoy, precisamente hoy, ha vuelto a amanecer? Ha sido esta mañana, y, si no lo hubiera estado esperando, hubiera jurado que ha sido a traición. Y es que ayer estuve trabajando y , mientras lo hacía, entre improperios de algún piloto, silencio cómplice de otros que saben que son los siguientes, y la organización al bies con cruzadillo doble de mi centro de trabajo, me dio por poner en orden mis privilegios. O sea, contarlos y clasificarlos. Y he llegado a conclusiones contradictorias que en seguida les cuento, mis queridos lectores holográficos. Y me ha dolido la cabeza, porque, sin querer, una frase se repetía en mi cabeza. Era una frase automática que salía de lo más profundo de mi Glándula de Puaj, que es la encargada de segregar la hormona Nopuedeser que como ustedes saben forma parte del aparato excretor y sin ánimo de lucro. La frase decía así: ¡¡¡En Españezuela vuelve a amanecer!!!. 





Al repetirse la frase como un mantra tántrico, poco a poco de los pelos de mi nariz iba saliendo un fluido viscoso, verde y fluorescente que, cuanto más subía el volumen del mantra, más forma cogía hasta acabar convirtiéndose en un busto de unos 3 metros de alto. El busto era parlante y de sus labios era de donde salía la frase una y otra vez, y al proferir la frase el busto, viscoso y maleable, cambiaba de semblante. A veces parecía Hugo Chávez, para pasar a asemejarse a José Blanco y luego, en una transición muy sutil, al General Franco. Y entre frase y frase se formaba una cara blanca y barbuda, como de Rubalcaba, que decía con voz de globo de helio: Alarma, privilegiados aproximándose, alarma. Justo cuando un mandril dorado enorme, con calzón de Supercontroller entraba en escena y decía: Por fin nos encontramos, Malvado Bustofacha. Te haré una pelotilla y ...., en ese momento noté la mano del teniente sobre mi hombro, y su voz marcial y a la vez cercana me decía ¿está usted bien, buen hombre? Yo desperté, le dije que sí, claro, por que si le digo que no me pueden caer cuatro millones y medio de euros de multa - y a pesar de mi sueldo privilegiado, ahora no llevo nada de suelto - y me recompuse. De esta experiencia he sacado 3 conclusiones y un corolario:

1º                            Tengo que sonarme los mocos y cortarme los pelillos de la nariz antes de ir a             trabajar.

2º                                   Tengo que hacer el descanso reglamentario en otro sitio que no sea el propio fanal de    la torre de control.

3º                                  Tengo que dejar de desayunar panceta con chocolate. O al menos no mojar la panceta.

COROLARIO:      Tengo que cambiar de trabajo.

¿De donde ha salido todo este gran moco? Pues eso. Volvamos a los privilegios.


Anuncio y establecimiento de unos privilegios cualesquiera: El Privilegio Automático

Así que un buen día cualquiera, temprano por la mañana, un político cualquiera con un cargo de ministro cualquiera y de una talla aproximada coge, agarra, va y sale en los medios de comunicación lanzando este mensaje: Los controladores son unos privilegiados. Y después de eso, mira a la cámara, pone cara de Presidente por Accidente y dice: "los controladores ganan ..." y después suelta una cifra que ya quisieran ustedes. Pero ustedes no la tienen. Y por fin tenemos una ecuación: Controladores + la palabra "privilegios" + cifra suficientemente grande para envidiarla, pero suficientemente pequeña para no llamar la atención sobre otras mayores pero inalcanzables + usted no la tiene = X. En un ejercicio de álgebra básica para controladores y mandriles, despejo la X y me sale que soy un sinvergüenza. Y a usted también. Nótese que no ha mediado ningún proceso crítico en la operación, que la reflexión, esa capacidad serena y austera, ese freno de carreta, está ausente. O sea, que nadie se ha parado a pensar si esa operación es legítima desde el punto de vista moral, profesional e incluso, natural y otras cosas que acaban en -al. Soy, por lo tanto, un privilegiado automático, es decir, un privilegiado por adscripción directa, o, lo que es lo mismo, un privilegiado por decreto. Si sale un ministro diciéndolo, si los medios de comunicación lo certifican, si el pueblo y quinientos mil millones de moscas lo creen así, debe ser verdad. 

Pero una luz roja se enciende, un sol en pleno polo norte, una nube en medio el desierto, un curriculum con título universitario y experiencia laboral en el consejo de ministros, una rareza, sí, pero aparece y nos dice que paremos un momento. Que quedan algunas preguntas básicas sin respuesta. Que vale, que los linchamos, pero primero hay que saber por qué. 

-  Coño, por que son unos privilegiados, jodé. 

Bien. Vale. Pero antes un par de breves consideraciones sobre los privilegios.


Del hecho de que la palabra Privilegio no tiene que tener una consideración peyorativa (o mala), o de cómo un gobierno considera democrático igualar por abajo, en vez de por arriba

Más de la mitad de la población mundial no tiene acceso al agua potable en condiciones dignas. La mayor parte del resto de la población tiene un acceso restringido y en condiciones penosas. ¿Tiene usted grifo en su casa? Es usted un privilegiado. ¿Tiene usted para comer? Porque debe saber que la mayor parte de la población mundial pasa hambre. ¿Puede usted comer hoy y no pensar mucho en los que no pueden? Es usted un privilegiado. Radicalicémoslo aún más: ¿Va a morir usted hoy? ¿Sabe cuántas personas van a morir hoy? Es usted un privilegiado. ¿Tiene usted hoy trabajo en España? Si la respuesta es afirmativa, es usted un privilegiado, porque 4 millones de españoles en edad de trabajar no pueden. Y así sucesivamente.

Frente a estas situaciones y la cualidad de privilegiados de aquellos que se encuentran en la parte buena de las preguntas anteriores, caben dos opciones: La primera, dejamos sin agua potable a toda la población, dejamos pasando hambre a toda la población, inoculamos virus letales a la población sana o dejamos sin trabajo a toda la población activa, o estaremos sosteniendo los privilegios insostenibles e injustificables de unos pocos. Sin embargo haciendo lo que hemos dicho al principio del párrafo, haremos justicia. Y haremos lo que se llama igualar por abajo. Completamente ridículo, ¿verdad?

La segunda opción es trabajar desde dónde se puede, para mejorar el acceso al agua potable para toda la población, el acceso a una dieta razonable, a la salud o al trabajo sin quitárselo a los que ya lo tienen. Es lo que se llama igualar por arriba. Mejor, ¿no?

Por poner un ejemplo menos trágico, si el porcentaje de españoles realmente enamorados de sus parejas es del 20%, entonces estar enamorado, aunque sólo sea desde el punto de vista estadístico, es un privilegio. Pues señoras y señores, como al ministro le vaya  mal en el amor, ya pueden ir devolviendo el rosario de sus suegros a sus respectivas parejas, por que mañana sale un real decreto prohibiéndolo. Aunque en este caso, y dado el estado que provoca, igual salimos ganando todos. 

Es decir, y acabo, habrá que ver en qué y de qué forma tenían privilegios los controladores. Y luego juzgar si esos privilegios son buenos o malos. Y en los buenos, lejos de quitárselos, habrá que intentar que se generalicen entre la población trabajadora.

Pero eso queda para el próximo post: Los privilegios de los trabajadores. El retorno.



1 comentario:

  1. Erasmo redivivo. Caña a la locura, porque aunque todos participemos de ella no hay que dejarla en las manos sucias de los más loquitos, léase políticos. ¡Esos sí que viven en el fanal! En uno lleno de c-c-, pero están tan simbiotizados con esa sustancia que no les causa problemas de salud. ¡Por un partido de los locos cuerdos!

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