miércoles, 25 de mayo de 2011

Y AHORA, DESPUÉS DEL 22 DE MAYO, ¿QUÉ?



Para Rosaura







La decepción, esa perra ansiosa, nos ha mordido a algunos los tendones de Aquiles el día 22 de mayo. Y el 23 también. Estamos mirando hacia abajo, intentando que se vaya y no hay manera. Hasta ese día, la utopía no sólo era posible - ahora también lo es - si no que además era inmediata. Era para mañana.

- ¿Para cuando esa utopía, Marcial?
- Buah, estooo... pásate mañana después del recuento y lo tienes listo.

Y lo que nos vino fue un huracán de realidad forjada en los despachos de los estrategas que nos ha volado la peluca nueva que nos acabábamos de comprar en el Rastrillo de Ilusiones de la Puerta del Sol.

- Marcial, ¿y lo mío?
- Que nada, que se ha quemao la junta de la trócola y esto va pa largo. Pásate la semana que viene, si eso.

La situación actual es difícil de digerir cuando Arcadia estaba a la vuelta de la esquina, y lo que nos encontramos fue:

- Un partido que amenaza con ser hegemónico, lo cual no sólo es malo por lo que representa, si no que lo es también por el desequilibrio de fuerzas, que siempre acaba en caudillismo y en verdad absoluta y vomitiva, sin matices  y sin colores. Caca, niño.






- Un pueblo que ha votado mayoritariamente a partidos que han incluido en sus listas a gente posiblemente corrupta, imputada en causas y en general representantes  de una forma de hacer política que queríamos fuera ya. Y encima con mayoría absoluta. A la mayoría de los españoles les gusta. Peineta y manda huevos.




- Un grupo de ineptos que no sólo no aceptan la derrota en sus términos, si no que además salen a preguntar  "¿Qué derrota, niño?". No solo no han escuchado lo que las diferentes Puertas del Sol les han dicho, es que ni siquiera han escuchado a las urnas. Corte de mangas y vuelta al ruedo.




El panorama no nos gusta, claro. Los que se debían ir no se van. Los que no debían llegar, llegan. Y entonces la perra muerde nuestro talón y nos revira la confianza.

Pero, pero, hay más.

Algunos grupos minoritarios han conseguido más representación que nunca. Algo es algo. No digo que si llegaran a gobernar no harían lo mismo que nuestros Pepinos. Digo que mientras no lleguen, al menos amenazarán la hegemonía de los grandes, y en muchas ocasiones les harán temblar. Que ERC sirva de ejemplo y escarmiento para los que piensan que ser sicario del poder corrupto sale gratis.

La utopía sigue en el horizonte, que es donde debe estar. Mientras tanto ha quedado claro que algunos españoles estamos dispuestos a no rendirnos ante los pícaros y los sinvergüenzas que han echado de las constructoras y quieren colocarse en el chollete en el que se ha convertido la política. Y no vamos a parar, por mucho que la perra muerda.

La utopía es irrenunciable. Como lo es la vida y la esperanza. Desgraciadamente luego hay que pelear para que sea real. Y el camino es largo y a veces decepcionante. Pero insisto, la utopía es irrenunciable. Si se lo decimos a la perra, se acabará yendo.

3 comentarios:

  1. ¡Gacias! No me rindo.

    ResponderEliminar
  2. Estás vago ultimamente... A ver cuando hay otra entrada...
    Por cierto, lo de palabras, palabras, palabras... ¿es de Hamlet?

    ResponderEliminar
  3. La verdad es que estoy sobrepasado, que es algo que me gusta mucho, pero no me deja escribir todo lo que quiero. En breve, más.

    Hamlet Acto 2, Escena 2

    Polonio: ¿Qué lees, mi señor?
    Hamlet: Palabras, palabras, palabras.

    Gracias por el comentario. Anima mucho a seguir.

    ResponderEliminar