martes, 10 de mayo de 2011

Y ahora ¿a quién voto yo?

Paseando por mi lugar de residencia, he visto que ha comenzado la campaña electoral. Han llenado todos los rincones visibles - y alguno invisible también, por si acaso alguien se esconde - de carteles con fotos, nombres y lemas electorales (no es que se presente el presidente de AENA, señor Lema, no - el accederá a los puestos pero por la vía directa). Yo me he quedado mirando. Y he leído los nombres. Y he leído los lemas electorales. Por ejemplo: cara de besugo (sin acritud) + "Manolo" + "Hazlo por ti". Y yo me he quedado pensando en si yo debiera votar a Manolo, por su cara de besugo, y además hacerlo por mi. Y no he llegado a ninguna conclusión. Luego he cambiado de cartel: cara de mirada penetrante + "Tomasino Orillero" + "tenemos soluciones". Y he intentado deducir de estos tres elementos la necesidad perentoria de votar al susodicho pollo, y de hacerlo por que tienen soluciones y caras con mirada penetrante. Y nada, chico. Nada.

Luego, en un alarde de inteligencia poco común en privilegiados sin cerebro como yo, he imaginado que eso no será todo lo que tienen que ofrecernos. O sea, por ejemplo, un suponer: sale votado Tomasino. Y llega a la oficina del presidente del cabildo mamancero, o mamildo, o como se llame la institución pública que preside. Y llega su secretaria y le dice:

- Presidente, tenemos un problema. El presupuesto social se nos ha quedado corto y necesitamos una inversión en asistencia primaria.

Y va Tomasino y responde:

- No se preocupe, Celia. - pone la cara del cartel y le dice: Tenemos Soluciones. - que es lo que dice su lema electoral.

Y Claro, Celia dice:

- Pero, presidente, necesitamos una solución. Además el parque de bomberos se ha quedado corto y la mitad del territorio no está cubierta.

Y Tomasino dice:

- No hay problema, Celia: Tenemos Soluciones.

Y Celia:

- Vale, pero ¿cuáles? O sea, ¿Que hago?

Y Tomasino, Presidente, le guiña un ojo y le dice:

- Mi niña, Tenemos Soluciones.

O sea, que digo yo que habrá algo más detrás de esos carteles. Y digo yo que su bagaje cultural y gestor les da para algo más que una frase (que ni siquiera es suya, si no de una agencia de publicidad), un nombre (que ni siquiera es suyo, por que se lo pusieron sus padres), y una cara de besugo o de mirada penetrante (por que esa viene condicionada genéticamente).

Intenté ir a un mitin para enterarme de qué tengo que hacer para votar el día 22, y no crean que me fue mucho mejor. Me metí en el mitin de un partido cualesquiera, por ejemplo el PSÁ (Partido Siesque andayÁ), y oí hablar al tipo aquel, pero no dijo nada de lo que iba  a hacer. O mejor dicho, lo decía, pero no decía cómo. Y lo decía en un tono horrendo, como si fuera una mezcla entre Hitler y un predicador. Poco creíble, en todo caso. Total que le pregunté al de al lado: "Y usted, ¿Por qué va a votar a este pollo?". Y me contesta "Uy, si yo no le voy a votar. Yo he entrado por que me han invitado a un bocadillo y una cerveza".

Se viene queriendo decir, o sea, que a lo mejor estos señores candidatos y sus partidos tendrán un documento en el que especifiquen qué es lo que van a hacer. Algo que no sean promesas generales, o frases o caras de besugo. Y resulta que tienen una cosa que se llama programa electoral.

Así que en los próximos días voy a hacer lo siguiente:

Voy a pensar qué es lo que me gustaría a mi que hicieran sobre algunas cosas que considero importantes: reforma electoral, reforma de la justicia, renovación de la democracia, lucha contra la corrupción, etc.

Luego lo voy a comparar con su programa electoral.

Y luego, el día 22 de mayo, voy a votar al partido que más de esas reformas tenga en su programa electoral.

¿Les parece buena idea?

Pues en el siguiente post empiezo.

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